ACCIÓN CÍVICA
ACCIÓN CÍVICA
Por Gerardo Vega[1] y
Alfredo Popritkin[2]
Una nueva era parece avizorarse. El cambio de gobierno propicia un
cambio de modelo social. El mensaje plantea responsabilidades para el
gobernante, pero, la sociedad debe asumir un rol central, no puede
desentenderse, como lo ha hecho hasta ahora, no son casuales las sucesivas crisis
a lo largo de tantas décadas y el país parece no tener remedio. Aquí nace una
nueva esperanza, es cierto, pero también la sociedad deberá acompañar, porque
en contrario, como ha sucedido muchas veces, los oportunistas “depredadores”
volverán. Esta oportunidad es otro “nunca más”, basta del corporativismo
negativo, basta del agravio a derechos de las personas.
Por ello solo los ciudadanos comunes, unidos y bienintencionados
podemos ejercer la fuerza centrípeta necesaria para evitar desviar el rumbo, de
no perder la oportunidad única que tenemos en muchos años. Esta es la
propuesta.
El año transita sus últimos días, el 10 de diciembre de 2023, la
Democracia Argentina cumplió 40 años del “SI JURO” de Ricardo Raúl Alfonsín,
acontecimiento que significó el regreso a la democracia, y los argentinos
comenzamos a conocer que era elegir, relegir; es cierto, se podrá decir, con
errores y defectos, pero aquel 10 de diciembre de 1983 conocimos uno de los
valores esenciales de las sociedades libres, la “Democracia”, se comenzó hablar
de “República”. Los tiempos posteriores no fueron de bonanzas, sino, estuvieron
plagados de dificultades, el primer gobierno término antes, hubo otros que
tampoco concluyeron, se volvió a derramar la sangre de argentinos. Sin embargo,
lo que no se perdió fue la “Democracia” y la “República”, es cierto, la
plenitud y la eficiencia no se ha logrado aún, por el contrario, la decadencia
de Argentina se profundizó, los índices actuales así lo demuestran, aquel sueño
de haber sepultado la inflación, fue solo eso, “un sueño”.
La “realidad” Argentina mostró posibilidades, oportunidades, sin
embargo, no se supo, no se quiso, no se pudo, consolidar uno de los pilares de
las sociedades democrática y republicana el llamado “desarrollo económico
humanista sustentable y sostenible”; persistió el crecimiento fugaz, que como
la estrella brilla en un instante, y se pierde en la negrura del tiempo.
Las gobernanzas mostraron deficiencias, la “razonabilidad” y la
“progresividad humanista” rara vez mostró la eficiencia. Pero, también es
cierto, el devenir de las urgencias sumió a la sociedad toda en conductas,
donde el rechazo, la frustración, provocaron el cobijamiento en el individualismo,
y con ello, surgió el “sálvese como pueda”; y así, el respeto a la ley, a la
institución se degradó, y estas, como muchas otras causas, provocaron el estado
decadente que presenta la Argentina, cuando otrora fue potencia del mundo, y
faro de cultura.
Por estas razones, es que amerita que todos asumamos, desde cada uno de
los roles que desempeñamos en la sociedad, la responsabilidad de ser
ciudadanos, porque los tiempos de salida de una crisis tan profunda, como la
actual, no será fácil.
Las minorías equívocas, seguramente, buscarán recuperar territorio,
sostener privilegios, aspectos que, ni, la Democracia, ni la República deben
permitir, y esa acechanza que seguramente no tardará en expresarse en actos
concretos, seguramente, vandálicos, esto no es nuevo en la Argentina, ya
aconteció, cuando la intolerancia, la falta de dialogo han provocado desmanes,
que como se dijo, derramó sangre argentina, la mayoría de las veces, de
inocentes.
Por lo tanto, es necesario, auto convocarnos, en el marco del orden y
la responsabilidad solidaria social, el respeto a la ley, a las instituciones,
para construir mediante la acción cívica y responsable, y así aportar lo
posible, y que ese conjunto de aportes muestre una sociedad preocupada y
ocupada por el futuro de hijos, de nietos, de todos; porque quienes profesamos
los valores de la Democracia, de la República, nos lo debemos.
Los partidos políticos hoy son expresiones débiles, hay un
reagrupamiento social, e incluso político detrás del bien común, de recuperar
la Argentina pujante que sabemos que está ahí, solo hace falta decisión de la
sociedad, y ante las carencias de los partidos políticos, surgen las ONG, las
agrupaciones de los ciudadanos, cuyo trabajo conjunto, patriótico, desprendido
de todo egocentrismo, deberán ser las usinas cívicas de proveer los aportes
necesarios para todos los ámbitos del quehacer social.
¿Qué hacer para que ello ocurra? Creemos que la alternativa es que los
ciudadanos y la sociedad civil sin intereses en ocupar cargos, obtener ventajas,
salarios o cualquier otro tipo de objetivo económico personal, es la opción que
tenemos a la mano. Solo la sociedad civil honesta, ya sea en forma individual u
organizada puede respaldar al líder que surgió del mandato popular. Es probable
que ese líder con todas las facultades que le otorga haber accedido al cargo,
tenga que enfrentarse con los poderes instituidos que resistirán aquellas
medidas que no les convenga al momento de implementarse las medidas que
resulten conducentes.
Es entonces que la propuesta consiste en organizar la sociedad civil,
ciudadanos y organizaciones no gubernamentales para dar apoyo y sustento de
gobernabilidad hasta tanto el nuevo líder pueda afianzarse y superar los duros
escollos que tendrá que atravesar.
Esta concepción que es posible instalar, sin embargo, no deberá
descuidarse de quienes fueron parte, actores y obradores de esa decadencia. Así
ciertos sindicatos, algunos grupos empresarios, dirigentes piqueteros,
probablemente intentaran alterar la paz social y dificulten la gobernabilidad,
con el propósito principal de forzar a cambiar el rumbo que irá marcando el
líder y propiciar negociaciones espurias en aras de sus intereses personales.
Sin duda, también serán una fuerte fuerza de oposición aquellos que
lucran con el crimen organizado, comenzando con los narcotraficantes que tanto
han proliferado.
Es probable también que algunos grupos políticos quieran condicionar el
plan de trabajo que se irá delineando.
La Argentina no se puede permitir desvaríos, no se puede permitir
aventureros, el orden, la ley, las instituciones, el desarrollo económico
humanista sustentable y sostenible deben aflorar con plenitud, y si median
equivocados que persisten en actuar fuera de la ley, se deberá imponer el peso
de la ley, nunca antes mejor expresada y necesaria la frase, “dentro de la ley
todo, fuera de la ley nada”. Pero estos encauzamientos deben venir de la mano
del gobierno, y también de la sociedad demócrata y republicana, sino, los
aventureros pueden volver; por ello la acción civil de los ciudadanos y la
ciudadanía deberá significar trabajo, creatividad, alertar, y así, seguramente,
esa Argentina ansiada volverá.
[1] Contador Público UNLP, Magister en Derecho Constitucional U Austral.
Ex perito judicial Dpto. Judicial Junín (PBA).
[2] Presidente de Contadores Forenses ONG y ex perito contador oficial de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
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