¿Tuvimos república? ¿La podremos recuperar?
¿Tuvimos república? ¿La podremos recuperar?
Mario Vargas Llosa en su célebre
novela “Conversación en La Catedral” se pregunta ¿En qué momento se había
jodido el Perú?
Parafraseándolo nosotros podemos
preguntarnos ¿En qué momento se nos jodió la república?
Quizás nunca se jodió, quizás
nunca la perdimos, porque quizás nunca llegamos a alcanzarla. ¿Quién sabe?
En este momento que vive el
mundo, un mundo más autocrático, donde las dictaduras rusa y china se alían
para reivindicar a sus regímenes, para cuestionar los sistemas democráticos
occidentales. Donde con motivo de la cuarentena primero y de la guerra ahora
vemos un evidente retroceso de la libertad y de los principios democráticos,
quizás sea el mejor momento para revalorizar y rescatar los valores republicanos. Los mismos que permitieron crecer
virtuosamente a la humanidad dejando atrás a las monarquías absolutas, a la
servidumbre y a la esclavitud.
Cuando más se posterga reconocer
una pérdida más difícil es superarla, reaccionar y reconstruir la situación
querida o ansiada.
Cuanto más uno se demora en
reconocerla y más se ocupa de tratar de retener lo perdido; uno se engañas, se
enoja, se siente impotente, realizas acciones inconducentes. Quieres rescatar
lo imposible y todo eso no lo deja avanzar hacia la reconstrucción.
Se buscan soluciones e
implementar recetas ya fracasadas y evidentemente el resultados es el mismo: el
fracaso, nuevamente la frustración.
Se niega la realidad llevando
adelante acciones que solo nos hacen mal a nosotros mismos.
¿Cómo dejar de seguir tratando de
retener lo perdido, asumir la pérdida y recuperar lo deseado?
Cuando se mantiene esta actitud,
quizás no seamos conscientes de que estamos negando una realidad, por el
contrario, parece buena idea seguir batallando en una guerra que no se percibe
ni acepta perdida, evadiendo tener que enfrentarnos al espejo y reconocer lo
que estamos viendo.
Esto es una situación a todas
luces irracional, no tiene ningún sentido hacer algo inconducente, pero las
personas nos enganchamos en un círculo sin solución de continuidad debido a la
incapacidad para manejar situaciones negativas donde la decepción y el dolor
que nos puede producir las hacen insoportables.
Esto no es un defecto del
carácter o una maldición misteriosa que ha caído en nuestra habilidad para
reconocer situaciones no queridas, sino una manera de enfrentar situaciones
desafiantes que violentan nuestros más profundos valores morales.
Tenemos que atender las urgencias
y se da primacía a las cosas de todos los días olvidándose del largo plazo “en
el largo plazo estamos todos muertos” diría -en una de las frases más
lapidarias de la ética pública- el planificador Keynes.
Sólo vemos el presente inmediato,
diagnosticamos, compartimos diagnósticos, hacemos analogías con situaciones
pasadas, compartimos artículos, “whasappeamos”, saturamos las redes, obteniendo
pequeñas recompensas de nuestros “seguidores” lo que nos lleva a repetir esta
secuencia de eventos y permanecer en una conducta que fácilmente se convierte
en un hábito crónico.
Tenemos que salir rápidamente de
esta situación, alcanzar la etapa de aceptación de la pérdida cuanto antes, de
esta forma vamos a poder reconstruir lo perdido.
Queridos conciudadanos, aceptemos
la realidad que tenemos enfrente: hemos perdido la república, los hechos así lo
certifican. La división de poderes es un
nostálgico recuerdo de una “bolilla” de la vieja Instrucción Cívica de la
secundaria; los ataques a lo que queda de la Justicia aún no cooptada son
permanentes; el “Poder” Legislativo es una ramplona y deslucida imagen de otra
época, es el borroso recuerdo de las mentes que lo pergeñaron y que se van
perdiendo y esfumando en el recuerdo.
El personaje que encarna el Poder
Ejecutivo, inefable, patético, encuentra justificación para pedir la
despenalización del consumo de drogas en la toxicidad del tabaco y del alcohol.
Incapaz de sostener una idea virtuosa nos avergüenza a cada minuto ante el
mundo.
Amigos, concluyamos el duelo,
dejemos el luto, sólo entonces vamos a poder actuar para reconstruir la República perdida hace tiempo.
Alberto Cohan.
Fundador y Presidente de Asociación Civil “Río Paraná”.
Miembro del Club Político Argentino.
Miembro fundador de Profesores
Republicanos.
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