Democracia: serás liberal o no serás nada.
Democracia: serás liberal o no serás nada.
Según el último informe anual del
semanario británico The Economist, la democracia a nivel mundial ha entrado en
una fase de estancamiento, con una leve mejora respecto 2021, gracias al
relajamiento de las restricciones en razón de la pandemia de coronavirus. Por su parte Latinoamérica muestra un declive
en su calidad democrática por séptimo año consecutivo. El puntaje de la región
disminuyó de un promedio de 5,83 en 2021 a 5,79 en 2022.
El informe de Freedom House de
febrero de 2022 señala que: “defensores de los derechos humanos y activistas
por la democracia se enfrentan a condiciones cada vez más adversas en toda
América Latina”
En una entrevista al Financial
Times, en el Kremlin el 27 de junio de 2019, en vísperas de la cumbre del G20
en Osaka, Japón, el presidente ruso Vladimir Putin dijo que " el
liberalismo se ha vuelto obsoleto” Y agregó: “La idea liberal ha entrado en
conflicto con los intereses de la inmensa mayoría de la población”. No es
ningún misterio que Putin ha pregonado el crecimiento de los movimientos
populistas nacionales en Europa y Estados Unidos, alardeando de que el
liberalismo se agota como fuerza ideológica.
Por invitación del presidente de
la República Popular China, Xi Jinping, el presidente de la Federación Rusa,
Vladimir V. Putin, visitó China el 4 de febrero de 2022. Los Jefes de Estado
mantuvieron conversaciones en Beijing y participaron en la ceremonia de
apertura de los XXIV Juegos Olímpicos de Invierno. En esa oportunidad ambos líderes firmaron la
“Declaración Conjunta de la Federación Rusa y la República Popular China, sobre
las relaciones internacionales entrando en una nueva era y el desarrollo
sostenible global” Una curiosidad, en ese documento aparece 11 veces la palabra
democracia, 6 veces democrático, 2 veces democrática y 1 democratización (20
palabras con la raíz demo) Da la impresión que el tema adquiere tintes
dramáticos para dos países con sistemas políticos autocráticos y represivos,
quienes consideran que hay varias formas de ser democrático, poniéndose como
ejemplos de democracias exitosas.
Lamentablemente en la actualidad los sistemas políticos liberales se
encuentran en retroceso y sufren amenazas, críticas y se deterioran en todo el
mundo. Este fenómeno lleva a una permanente “depresión democrática”, en la que los
derechos y libertades individuales sufren graves restricciones.
Este fenómeno comenzó y se expande en el mundo, al igual que en otros
muchos casos, primero atacando, degradando, subvirtiendo y tergiversando el
significado de los conceptos. Así se llama democracia a los sistemas políticos
de China, Cuba, Irán, Venezuela y tantos otros donde vemos como a diario son
violentados los derechos civiles más elementales de sus ciudadanos.
Es el liberalismo requisito indispensable para que la democracia funcione
plenamente, y para que los ciudadanos de un país puedan ejercer con la más
absoluta libertad sus derechos.
No obstante ello están bajo fuego cruzado los principios del liberalismo, tales
como los derechos individuales frente a los colectivos, la premisa de la
igualdad ante la ley y no a través de ella, el valor de la libertad de
expresión y el racionalismo científico como método para comprender la realidad;
valores sobre los que se basan las constituciones –como la nuestra de 1853- y
los derechos liberales.
Democracia significa «gobierno del pueblo», lo cual sin lugar a dudas
implica: elecciones periódicas y libres, multipartidarias transparentes y
justas, mediante sufragio universal.
Esto garantiza el más fundamental de los derechos, cual es el derecho a
la autonomía individual de cada uno de los ciudadanos.
Las instituciones liberales son las únicas que están en condiciones de
garantizar y proteger los procesos democráticos como tales, imponiendo límites
al poder ejecutivo, a través de distintos mecanismos constitucionales e
institucionales; una vez que estos mecanismos de libertad son corrompidos la
propia democracia se ve afectada y su deterioro progresivo no tiene límite.
Este conjunto virtuoso de liberalismo y democracia están moralmente
justificados y son imprescindibles para convivir en una sociedad auténticamente
justa, igualitaria y universal.
Solapadamente se ataca al liberalismo como medio para imponer regímenes
autoritarios, totalitarios y antidemocráticos. Cuando el liberalismo ha llevado
a disminuir la violencia facilitando que poblaciones distintas –tolerancia
mediante- convivan pacíficamente unas con otras, así como protege la dignidad
humana básica y en particular la autonomía. De la misma forma es garante del
crecimiento económico que conlleva, principalmente, la mejora en la calidad de
vida de miles de millones de individuos en todo el mundo.
La relación desarrollo económico con el liberalismo es evidente en los
últimos 200 años, donde la productividad por persona en el mundo liberal
aumentó casi un 3.000 por ciento. Este
aumento llegó a todo tipo de trabajador quien vio como rápidamente alcanzaba
niveles de salud, longevidad y consumo que, en épocas anteriores, no estaban al
alcance ni siquiera de las élites más privilegiadas.
En otro orden, en un sistema democrático, las minorías tienen un papel
importante y deben ser protegidas y representadas. La democracia se basa en la
idea de que cada individuo tiene derecho a participar equitativamente en la
toma de decisiones políticas, independientemente de su raza, género, religión u
orientación política y elección partidaria.
Las minorías deben estar protegidas por las leyes y las instituciones
contra la discriminación y la opresión.
"Los derechos del individuo no están sujetos a votación pública; una
mayoría no tiene el derecho de eliminar por votación los derechos de una
minoría". Ayn Rand, La virtud del egoísmo (Buenos Aires: Grito Sagrado,
2006), pp. 149-150.
Sin olvidar que la más pequeña de las minorías es el individuo.
Si las sociedades abandonan los principios liberales y someten los derechos
individuales a intereses “superiores” como: “el interés común”, “la soberanía
popular”, “la justicia social” restringiendo los derechos fundamentales de
otras personas, subvirtiendo el valor de la propiedad privada, o si se recurre
a la violencia, o la corrupción se enseñorea en las instituciones democráticas,
eso es el principio del fin de la democracia.
Lo próximo será la instauración de un sistema político represivo y
autoritario, así lo demuestra la realidad.
Todo lo anterior no es una
opinión subjetiva, simplemente refleja el concepto de democracia. Hay quienes
creen que la democracia puede ser verdadera y efectiva fuera y a contramano de los
valores liberales siendo compatible con formas de gobierno o sistemas políticos
que se autodenominan “democracia social” o “democracia participativa”
Mal que les pese a los Sres
Putin, Xi Jinping, Maduro, Diaz Canel y tantos otros dictadores, la democracia
solo puede ser verdadera y efectiva si se basa en valores liberales, como la
libertad individual, la igualdad ante la ley y la protección de los derechos
civiles.
En última instancia, la
naturaleza del sistema de gobierno elegido por cada nación depende de una
amplia variedad de factores, incluidas las tradiciones políticas, culturales y
económicas de un país, así como las preferencias y necesidades de sus
ciudadanos, pero en cada caso debe ser nominada de acuerdo a esas
características y dejar de calificar a la palabra democracia con adjetivos que
solo la deforman, tergiversan y llaman a engaño.
De forma que esto es un llamado a
todos quienes creemos en la democracia para defender, promover y difundir los
valores liberales del humanismo, ya que son ideas fuertemente ligadas, y de las
que ya es tiempo deben ser revalorizadas y ponderadas adecuadamente.
Alberto Cohan
Fundador de Asociación Civil “Río Paraná”
Miembro del Club Político Argentino.
Miembro fundador de Profesores
Republicanos.
Comentarios
Publicar un comentario