Sobre la psicología de las conspiraciones
Sobre la psicología de las conspiraciones
Dado que es imposible para el ser
humano no interpretar la realidad de alguna manera, muchas personas buscaron
creencias alternativas a las convencionales. Como cada individuo no puede
saberlo todo, y solo puede tener un fragmento de conocimiento, gran parte de
nuestras ideas sobre el mundo son creencias que no sabemos de primera mano.
Además, es inevitable que esto ocurra, porque si necesitáramos verificar cada
fragmento de información antes de actuar, no nos alcanzarían mil vidas para
saberlo todo, y no podríamos avanzar un solo paso. Es decir, una civilización
compleja implica que usamos una gran cantidad de conocimientos que no
comprendemos.
Las personas más inteligentes se
caracterizan por ser conscientes de este problema y de su ignorancia; cuando quieren
saber algo de primera mano, lo investigan por sí mismas, sabiendo que nunca
podrán saberlo todo. Sin embargo, estas personas más “pensantes” son muy pocas.
La mayoría simplemente tiene creencias inconscientes sobre casi todo. Por lo
tanto, cuando ocurre una circunstancia colectiva y traumática, y las creencias
convencionales son puestas en duda, para muchos no queda más alternativa que
abrazar creencias alternativas. En muchos casos, estas nuevas creencias pueden
contener, de hecho, mucha verdad; otras mezclan verdad e ilusión de maneras muy
creativas.
Veamos algunas características de
este nuevo tipo de psicología:
Estas personas hacen
generalizaciones excesivas; es decir, se trata de un pensamiento de “todo o
nada” y no logran discriminar las diferencias de grado entre diferentes
posturas. Simplemente, todo lo que ocurre es el resultado de un pequeño grupo
poderoso que maneja todo lo que existe, y nadie puede verlo salvo ellos, los
"iluminados" que ven donde los demás son ciegos. Ellos poseen “la información
correcta” que, no sabemos cómo, ha logrado salvarse de este dominio global.
Otra característica de estas
personas es que nunca se exponen a la crítica. Solo hacen afirmaciones que
creen demostrar mediante la publicación de memes, pensando que todo el mundo
percibe lo mismo ante estos estímulos. Esto se asemeja a la modalidad de
pensamiento infantil, donde el niño no logra entender que existen otras
perspectivas además de la suya. Estos memes o fragmentos de información son
interpretados desde el nuevo sistema de creencias, que para estas personas
resulta obvio y dan por sentado de manera inconsciente. No pueden comprender
que esos “datos” que muestran tienen significados diferentes para distintas
personas. Creen que los “datos” demuestran o hablan por sí solos, sin entender
que están siendo leídos desde su propio sistema de creencias inconsciente.
Otra característica de esta
psicología es la completa pasividad a la que conduce el nuevo sistema de
creencias. Siendo una psicología que piensa en términos absolutos, todo sistema
social y político es visto como falso y parte de la conspiración. Por lo tanto,
no hay nada que se pueda hacer: todos los políticos y toda la política son lo
mismo. Y, obviamente, estas personas tampoco están dispuestas a actuar individualmente,
debido a la evidente diferencia numérica entre unos pocos iluminados y un
sistema global dueño de ejércitos y multitudes. Tampoco son propensas a poner
en riesgo sus vidas o las de sus familias, que, paradójicamente, viven dentro
del sistema que pretenden haber superado. Por lo tanto, esta psicología se
complace solo en el “conocimiento”, en la satisfacción de sentirse iluminados
frente a los "dormidos", pero sin ninguna intención de tomar medidas
prácticas para evitar los males que perciben.
Ahora bien, como mencionamos
anteriormente, hay muchas verdades en estas creencias alternativas; sobre todo
si se las aborda críticamente, pueden dar lugar a nuevas e interesantes
perspectivas. La dificultad surge cuando estas creencias se toman de forma
acrítica, que es como las abordan estas personas.
Ninguna creencia es completamente
falsa, y muchas de ellas contienen importantes verdades. Hay, de hecho,
diferentes agendas políticas globales, y la libertad individual peligra hoy más
que nunca. Sin embargo, existen todo tipo de diferencias de grado entre las
distintas posturas políticas y personas que compiten con estas aspiraciones
globalistas. También hay mucho de caos e imprevistos en el supuesto plan
globalizante perfecto.
Hay un punto adicional que vale
la pena tener en cuenta. Esta nueva psicología necesita creer en todo momento
en un “gran otro” malvado que controla todo. Este gran otro es todopoderoso, y
el resto de las personas son víctimas, “títeres”, no responsables de nada de lo
que ocurre. Es una psicología que, paradójicamente, se autocumple, algo muy
parecido a lo que ocurre con el marxismo y las ideas de izquierda: necesitan un
enemigo y terminan por hacerlo surgir. La izquierda termina por crear esa clase
explotadora que luego intenta combatir, crea la pobreza que lamenta, inventa
los derechos que no puede sostener y combate a quienes considera responsables
de abolir estos derechos.
Este último fenómeno ocurre
debido al teorema de Thomas: “Las situaciones que son percibidas como reales,
son reales en sus consecuencias”. Desde este punto de vista, también la
psicología de las conspiraciones, de alguna manera, sostiene y reproduce el
sistema que considera opresor.
Fermín Garay
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