LA (NO) REVOLUCIÓN FRANCESA
LA (NO) REVOLUCIÓN FRANCESA
INTRODUCCIÓN
La Revolución Francesa se da entre los años 1789 y 1799, aunque la misma comienza a gestarse un año antes, en 1788, con la caída en default del régimen francés. Pero antes de hablar de “Revolución” debemos conocer qué significa y de dónde viene este término.
El concepto de Revolución (Revolutio) originalmente viene de la astronomía, Nicolas Copernico (polímata renacentista polaco-prusiano , matemático, astrónomo y canónigo católico, que formuló la teoría heliocéntrica del sistema solar) en su obra “De revolutionibus orbium coelestium” explica por primera vez dicho concepto, el astrónomo detalla que esta idea hace referencia al movimiento circular y recurrente de los astros, es decir que existe un ciclo donde los astros se mueven en un cierto orden en el cuál vuelven siempre al mismo punto de inicio.
Este concepto va a ser usado tiempo después por la teoría política para referirse a aquellos movimientos o fenómenos socio políticos que buscan salir de ciertas situaciones de conflicto o crisis y volver a un estado original o de principio.
El primer fenómeno histórico que explica muy bien este concepto es la “Revolución gloriosa de 1688” en Inglaterra, donde los nobles se rebelan contra el Rey Jacobo II, quien termina abdicando al poder, y al nuevo Rey se le hace firmar una “Carta de derechos” (Bill of rights) en donde se deja implícito los límites del soberano y ratifican lo siguiente, “En estas circunstancias, los mencionados Lores espirituales y temporales y los Comunes… examinando los mejores medios para alcanzar los fines indicados declaran, en primer lugar, como han hecho en casos semejantes sus antepasados, para defender y asegurar sus antiguos derechos y libertades…” (Inglaterra, 1689, “Bill of rights”), lo que deja explícito que los ingleses en este momento no estaban inventando nada nuevo, sino que estaban reafirmando sus antiguos derechos que la corona había olvidado y dejaban de ser respetados.
Con este ejemplo puntual de la historia podemos ver como se plasma, perfectamente, el concepto de “Revolución”. Un movimiento social y político (en este caso la revolución inglesa) que se pone en circulación para volver a un punto en donde sus derechos se ponderaban. A partir del significado de este concepto, hablemos de la famosa “Revolución Francesa”.
LA REVOLUCIÓN
En 1788 el Rey Luis XVI empieza a darle mayor importancia a la cuestión económica, llamando a distintos asesores financieros para darle una posible solución al default en el que estaba sumido el país, la mayoría de estos asesores coincidian en que la solución más factible era convocar a los Estados Generales de Francia (una asamblea extraordinaria que el rey podía convocar para discutir asuntos políticos urgentes. Con origen en el siglo XIV, reunían a representantes de la nobleza, el clero y el pueblo, y funcionaban como un consejo para la
monarquía), una idea con la que el rey no estaba de acuerdo ya que esta medida significaba aceptar que su reinado había fracasado (teniendo en cuenta que los estados generales no se habían convocado desde 1614), y, además había cierta incertidumbre acerca de cómo los Estados Generales iban a reaccionar ante esta crisis. Principalmente, el rey quería evitar un conflicto interno que él no pudiera controlar.
En este contexto aparece la figura de Jacques Necker, quien había ocupado el cargo de finanzas entre 1777 y 1781, además fue el primero que en 1781 hizo público el presupuesto del país, un acto novedoso sin precedentes en una monarquía absoluta donde el estado de las finanzas siempre se había mantenido en secreto. Es por esto que, Necker es llamado nuevamente en 1788 para ayudar con la crisis económica, cabe aclarar que Francia estaba sufriendo de algunas revueltas por el estado profundo de la crisis, lo que añadía aún más presión a las decisiones que podía llegar a tomar el rey. Esto último delimitaba al soberano en cuanto al delgado margen de error que podía tener con su dictamen.
El nuevo asesor de la corona sugiere una única medida posible como solución, medida con la que Luis XVI no estaba de acuerdo ya que ésta implicaba convocar a los Estados Generales.
Finalmente, luego de tanta presión impuesta por el contexto socioeconómico que atravesaba Francia, el rey decide, en 1789, tomar dicha medida recomendada por su asesor.
Los Estados Generales estaban conformados por el clero (primer Estado), la nobleza (segundo Estado) y el pueblo llano (tercer Estado), que representaba al 96% de la población en Francia. El clero y la nobleza no pagaban impuestos en aquella época, por lo que todo el peso del Estado recaía sobre el pueblo, en estas instancias los representantes del tercer Estado comienzan a replantearse su rol y a cuestionar la estructura completa de los Estados Generales. La sociedad no privilegiada reclamaba, entre otras cosas, el ¿por qué? ellos debían pagar impuestos y el clero junto con la nobleza no, y el ¿por qué? ellos no tenían un voto del mismo peso que los otros dos Estados. Algunos nobles también criticaban esta estructura, por lo que apoyaron las protestas, y así, la presión dentro de la asamblea y en las calles fue aumentando.
El Rey al enterarse de todo este cuestionamiento por parte del tercer Estado tomó la decisión de cerrar el edificio en Versalles donde los mismos hacían sus reuniones (recordemos que cada estamento se reunía y tomaba sus decisiones separados de los demás Estados). El tercer estamento, para ese entonces autodenominado como “Asamblea Nacional”, sigue sus reuniones en una cancha de tenis cercana y realizan el juramento en donde acuerdan no disolverse hasta haber impuesto una Constitución en Francia, con ayuda de algunos miembros de la nobleza y el clero hacen oficial la creación de la “Asamblea Nacional”, representada por la mayoría de la población, y disuelven los otros dos Estados. En dicha reunión también se deja implícito que la soberanía recae en el ciudadano y ya no en el Rey. Esta declaración resulta fundamental ya que significaba la pérdida del poder y soberanía por parte del monarca.
Con este rotundo cambio de paradigma Luis XVI decide movilizar su ejército hacia Versalles con la intención de contener posibles revueltas en contra de la monarquía, esta acción, por
supuesto no es bien recibida por la Asamblea Nacional, que, en pos de defenderse crea su propia milicia compuesta por campesinos (en su mayoría) y personas en situación precaria dispuestos a defender “la noble causa del pueblo”, es así como nace la milicia denominada “Guardia Nacional”.
El 14 de julio de 1789 esta milicia lleva a cabo la toma de la Bastilla, en busca de pólvora y armas para defenderse de los ataques del rey, también fue una toma estratégica, desde el punto de vista simbólico, ya que era un edificio que simbolizaba el poder de la realeza. Lo más simbólico de esta toma fue la demolición del edificio piedra por piedra, que dejaba un mensaje muy claro en contra del Rey, la Revolución había empezado.
En agosto del mismo año, tras lo sucedido con la Bastilla, la Asamblea Nacional no condena los actos de violencia llevados a cabo por la milicia y toma una serie de medidas que ponían un final a la estructura social de Francia, por ejemplo, se abolieron los impuestos feudales, se le dio fin al diezmo de la Iglesia y se decidió vender todas sus propiedades, se le puso fin a los privilegios hereditarios y lo más importante, el 26 de agosto de 1789 la Asamblea Nacional se convierte en “Asamblea Nacional Constituyente”, buscaba instaurar una constitución, y se hace una “declaración de derechos del hombre y el ciudadano” donde se expresaban los derechos fundamentales de los que gozaba el ciudadano frente a una monarquía constitucional. Cabe destacar que en este punto no se pensaba en una idea de República sino que se buscaba instaurar una monarquía constitucional.
Ante toda esta nueva reestructuración el Rey no se quedó sin hacer nada, los rumores de una nueva movilización de tropas por parte de Luis XVI comenzaron a correr fuertemente.
La Asamblea Nacional Constituyente se había movilizado hacia París para llevar mejor los asuntos del país, mientras que el Rey se había quedado en su palacio en Versalles. En octubre de 1789 una muchedumbre irrumpe en el palacio donde el Rey estaba junto a su familia y matan a los guardias reales, a la gente que servía al Rey, toman prisionero a Luis XVI junto con Maria Antonieta y su familia para llevarlos a París ante la Asamblea, donde deciden tomar como prisionero al, todavía, Rey de Francia y su familia.
En 1790 el escritor, filósofo y político inglés Edmund Burke fue uno de los primeros en criticar a la Revolución Francesa en su obra “Reflexiones sobre la Revolución Francesa”, por lo que podemos interpretar, Burke decía en esta obra que dicha Revolución se había transformado en un baño de sangre sin límites, que lejos está de defender los principios de la libertad. Describió a este suceso como un esfuerzo por tratar de reconstruir la sociedad desde cero fundada en un principio constructivista y racionalista que iba a terminar en una total masacre de sus ciudadanos.
Según estas definiciónes comenzamos a ver como poco a poco la Revolución Francesa se aleja del concepto que describimos con anterioridad.
A mediados de 1791 Luis XVI, que estaba prisionero, decide escaparse junto a su familia con rumbo a Austria (recordemos que su esposa, Maria Antonieta, era originaria de Austria) para conseguir refugio y ayuda para tratar de retomar el poder, teniendo en cuenta que durante su
estadía en la prisión la Asamblea lo obliga a firmar todo tipo de tratados en contra de su voluntad. Este intento de fuga se frustra debido a que los guardias lo encuentran cerca de la frontera y lo envían nuevamente a París.
En 1892 Prusia amenazó a Francia con la guerra en caso de que estos lleguen a atentar contra la familia real. Cómo medida de prevención la Asamblea obliga a firmar al Rey la guerra contra Prusia ya que se temía que estos atacaran aprovechando el contexto que se estaba viviendo internamente.
Cómo consecuencia de esto la muchedumbre enfurecida irrumpe en el palacio donde la familia real estaba prisionera, matan a sus guardias (alrededor de 800 muertes) y persiguen al Rey, este inmediatamente pide ayuda a la Asamblea pero la misma le niega la petición argumentando que entendían que la situación se había desbordado y que la monarquía había llegado a su fin.
El 21 de enero de 1893 Luis XVI fue guillotinado frente a la muchedumbre. Es muy importante aclarar que, el rey no fue condenado por atentar contra los derechos fundamentales de su pueblo sino que se lo condena por traidor, por haber intentado escapar en un contexto de conflicto exterior con otras potencias.
MAXIMILIEN ROBESPIERRE Y JACQUES DANTON
A partir de 1792 hasta 1794 sobresalen dos figuras principales, entre otras. La de Maximilien Robespierre, líder de la Revolución y presidente de la Convención Nacional, y por otro lado la de Jacques Danton, presidente del consejo ejecutivo con una postura más moderada que la del líder de la Revolución.
Danton como presidente del consejo ejecutivo exige los poderes de emergencia para poder llevar a prisión a todos los sospechosos que vayan en contra de la Revolución, debido a que la guerra con potencias exteriores estaba en marcha no se podían dar el lujo de tener problemas internos con posibles agitadores que vayan en contra de la Asamblea, es por esto que se emplea está medida. Se comienzan a encarcelar antiguos nobles y gente del clero que se promulgaba en contra de la Nueva República.
Debido a la guerra que Francia afrontaba con Prusia las milicias y la guardia se dedicaron a la lucha en el exterior y defender las fronteras, por lo que Francia quedó totalmente vulnerable a los ataques internos, esto generó qué exista el temor de que los prisioneros de la Revolución lleven a cabo una revuelta, por lo que en septiembre de 1792 se produce una masacre de 1400 prisioneros, entre ellos nobles y sacerdotes, con el fin de mantener la paz y preservar los ideales de la Revolución. Este fue un acto repudiado por la comunidad internacional que comenzaba a alejar su apoyo y empatía de lado.
Robespierre se encarga de llevar a cabo en dos años un régimen totalitario del terror y un culto hacia el Ser Superior (el Estado). Durante 1792 y 1794 el líder de la Revolución, quien presidia, además, el comité de salvación pública, se encargó de llevar a cabo un proceso de
“descristianización”, que consistía en eliminar todas las iglesias junto con el clero y sus creyentes, erradicando así el cristianismo en Francia, para lograr esto más eficazmente se cambió el calendario, comenzando con el año 1 en el momento que inició la Revolución, y se eliminó el dia domingo ya que este representaba el dia que los cristianos le rendían culto a Dios. Al mismo tiempo que este proceso era llevado a cabo también comenzaba a surgir la nueva religión impulsada por Robespierre, el culto al “Ser Supremo”. El líder francés entendía que las personas necesitaban de la religión así como el nuevo Estado necesitaba que le rindan culto y paguen sus impuestos pero no como lo hacían con el rey de manera involuntaria sino que está vez de manera totalmente voluntaria, a través de un culto de latría y del terror que estaba siendo infundado para quienes no creían o no eran lo demasiado entusiastas por la Revolución. Tal es así que Robespierre ordenó construir toda una torre adornada, para que la gente le rindiera culto a este Ser Supremo, curiosamente quien se encontraba dentro de esa torre, portando vestimentas blancas, era el mismísimo Maximilien Robespierre.
“Sin virtud, el terror es destructivo, sin terror, la virtud es impotente. El terror es solo justicia pronta, severa e inflexible y por tanto una emanación de la virtud” (Maximilien Robespierre, 1758-1794).
Está frase nos deja ver algo del pensamiento del líder francés y como trata de justificar su plan de infundir terror entre la sociedad.
Mientras que Robespierre pensaba en el terror como herramienta para lograr lo que él llamaba como una “República de la virtud”, los girondinos, con Dalton a la cabeza, eran pensadores que iban en contra de este absolutismo e incluso escribían críticas en contra de los métodos de Robespierre. Para Dalton el terror era necesario, al igual que pensaba Maximilien, pero solo hasta haber logrado cierta estabilidad dentro de Francia. Cuando Dalton consideró que ya no era necesario seguir infundiendo pánico y terror en la población comenzó a distanciarse de Robespierre, quien emitió la orden de “cazar” a los girondinos y guillotinar a Dalton para mantener la virtud de la República.
Poco a poco los líderes de la Revolución fueron cayendo bajo la guillotina y nuestro protagonista Robespierre no va a ser la excepción, finalmente en 1794 es guillotinado, paradójicamente por haber traicionado los mismos ideales en los que él creía.
CONCLUSIÓN
Robespierre inspirado en las ideas de Rousseau, se convenció de que la mejor manera de crear una República virtuosa era infundir el terror en sus ciudadanos. Recordemos que Rousseau pregona la idea de que el interés general está por encima del interés individual y que un individuo que vele por sus intereses puede dañar al interés general del pueblo. Es decir que el interés y bienestar colectivo no admite discusiones en cuanto a lo individual. Por estás ideas Robespierre pensaba que el ser virtuoso, el ser puro era aquel que se preocupaba
por los marginados de la sociedad, que eran aquellos que según Rousseau la sociedad no había podido corromper aún.
Queda demostrado cómo la Revolución Francesa fracasó como Revolución en sí misma y más aún como Revolución liberal, debido a que no cumple con el concepto que explicamos al principio y la idea de restablecer derechos perdidos quedó sumida en un modelo de reestructuración total de la sociedad francesa, junto a la reverencia ciega hacia el Estado.
GONZALO VERA
BIBLIOGRAFÍA
https://elordenmundial.com/hoy-en-la-historia/5-mayo/5-de-mayo-de-1789-se-inauguran-los-estados-generales-de-francia-que-marcarian-el-inicio-de-la-revolucion/
https://www.clarin.com/informacion-general/frases-celebres-nicolas-copernico_0_hEjZMAszvi.html?srsltid=AfmBOopRs281Lmml4BtkOi3LoDwCNQorAIYLp1fbTsYB-0WxvPNKpnda
https://es.wikibrief.org/wiki/Estates_General_of_1789
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/varennes-intento-fallido-fuga-luis-xvi-maria-antonieta_6757
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