Socialismo
Cada individuo persigue fines según sus particulares valoraciones. Estas valoraciones son subjetivas, es decir, ocurren en la mente de cada uno. Valorar quiere decir que “en este momento prefiero A en vez de B.
Este principio o estructura se
mantiene vigente en cualquier sistema político o contexto social.
Cuando existen dos instituciones,
como la existencia de propiedad privada y el dinero, estas valoraciones
subjetivas se expresan en los precios de mercado. Los precios expresan
preferencias que cada persona tiene en un momento dado, preferencias combinadas
en interacción infinitas veces. Cualquier manipulación de los precios de
mercado por un agente exterior (como cuando el gobierno interviene en la
economía) implica necesariamente contravenir por la fuerza las valoraciones y
decisiones de los demás.
Solo un ser omnisciente y con
poder telepático podría conocer en todo momento las valoraciones que ocurren en
las mentes de las personas, valoraciones constantemente cambiantes y combinadas
infinitas veces. Y este ser omnisciente debería ser también un perverso moral,
para querer alterar por la fuerza las decisiones de los demás.
El intento de crear este ser
omnisciente y perverso, conocedor de todas las mentes y controlador de ellas,
es lo que se denomina “socialismo”, es decir, la doctrina política basada en el
control por el gobierno de la economía y todas las dimensiones humanas.
Fermín Garay
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