Algunos fenómenos que no necesitan legislación
Algunos fenómenos que no necesitan legislación
Suele pensarse que las leyes de
la naturaleza operan solo en el mundo físico, y cuando se llega al ser humano
la vida es simplemente un caos que debe regularse y construirse mediante leyes
jurídicas. Pero también en el ser humano existen aspectos que se configuran
como estructuras y ciertos tipos de orden que no resultan de una intención
deliberada de alguien o de un decreto político.
Por ejemplo las leyes de la
gramática, los principios del desarrollo cognitivo, el tener sentimientos, el
perseguir fines, tener preferencias, etc., un montón de fenómenos que existen y
no resultan de legislación alguna.
También en economía existen
principios, pautas que se configuran en ciertos tipos de órdenes y que, por lo
tanto, no requieren de regulación jurídica alguna.
Cuando se menciona que la
economía es una “ciencia” se pretende decir que hay conocimientos que implican
cierta universalidad. Cuando se pretende regular jurídicamente este tipo de
conocimientos es como si una persona dijera “¡decreto que los objetos caigan!”
cuando ya la gravead se ocupa de eso (de hecho, a diferencia de las ciencias
naturales en que se conocen las leyes la física sin saber por qué actúan de ese
modo, en la economía sabemos además el
porqué los fenómenos económicos se comportan de esta manera, porque
conocemos el objeto de estudio de manera directa, que somos nosotros mismos).
Si aumenta la oferta de dinero
por sobre la demanda, el valor del dinero caerá. Pretender hacer lo primero y
evitar lo segundo es tan irracional como querer apagar un incendio con un baile
ritual.
O por ejemplo la ley de
alquileres: si Pedro alquila a 100 y es forzado por una ley jurídica a alquilar
a 50, no alquilará. Entonces habrá escasez de alquileres. Ya que la demanda de
alquileres crecerá por sobre la oferta, y no habrá coordinación entre oferta y
demanda.
Ese tipo de leyes jurídicas e
infinidad de otras similares, expresan una forma de pensamiento mágico, un
enorme narcisismo caprichoso que pretende que las acciones no tengan
consecuencias, como querer que el fuego no caliente o que los objetos no
caigan.
Son leyes jurídicas que, con
independencia de sus intenciones, causan enormes sufrimientos en la sociedad.
Un libro fantástico para ilustrar
este punto es “4000 años de controles de precios y salarios” de ROBERT L.
SCHUETTINGER. Muestra como los controles de precios generan escasez, sin
excepción a la regla.
Fermín Garay
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