Economía y acción humana.
Economía y acción humana.
A veces, cuando hablo con estudiantes
de economía, constato que no les enseñan la tradición austriaca, no les hablan
de Menger, Mises o Hayek. No sé si eso significa necesariamente que
comprenderían mejor la economía si conocieran a estos autores. No soy economista
y no podría debatir con uno. Sin embargo, pienso que comprender que la economía
se basa en el concepto de "acción humana", tal como lo definió Ludwig
Von Mises, brinda la posibilidad de entender la economía como inherente a
nuestra naturaleza como seres humanos. La acción humana se define como "el
intento deliberado de cada individuo por pasar de una situación que considera
menos satisfactoria a una situación que considera más satisfactoria". Cada
individuo, al actuar, sigue necesariamente esta estructura mencionada. Este
actuar siempre está mediado por una valoración del sujeto, una valoración
interior que ocurre en su mente. Al actuar, elegimos un cierto curso de acción,
al mismo tiempo que necesariamente renunciamos a otro. A eso que renunciamos le
llamamos "costo de la acción" (lo que en la economía académica se
llama "costo de oportunidad"). Cuando el sujeto logra obtener lo que
busca, valora si experimenta una ganancia o una pérdida. Vamos viendo que, de
nuestra propia naturaleza, surgen estos principios económicos básicos que
conocemos mediante la introspección: costo, pérdida, ganancia, preferencias.
Perseguimos fines que no ocurrirían si no los persiguiéramos. La acción humana
no es como la naturaleza física, donde los fenómenos son predecibles: vemos el
sol cada día y podemos esperar verlo cada día. El ser humano, en cambio, es el
creador de fenómenos que no existirían si no los llevara a cabo. Los fenómenos
humanos no están dados.
Ahora, cuando pasamos a lo que todos
conocen como "economía", estos principios de nuestra naturaleza
operan en un mundo de intercambio de bienes y servicios. El valor de los bienes
y servicios proviene de nuestro interior y se manifiesta en los precios. Los
precios de mercado expresan las valoraciones cruzadas de millones de personas
en interacción constante y dinámica. Ahora, el costo, la pérdida, la ganancia,
se manifiestan en los precios al intercambiar bienes y servicios usando el
dinero como medio para realizar estos intercambios. Cuando muchas personas valoran
positivamente un bien determinado, su precio tiende a subir; cuando esas
valoraciones tienden a ser negativas, su precio tiende a bajar.
Los precios reflejan lo que falta y
lo que sobra en la sociedad, según las necesidades y valoraciones de millones
de personas. Dado que las valoraciones, como vimos, provienen de nuestro
interior, no pueden ser conocidas y mucho menos controladas por un organismo
central, ya sea el gobierno u otro. Los precios se pueden conocer una vez que
ocurren, pero no de antemano, ya que vimos que la acción humana no es como los
fenómenos naturales.
Cualquier intento de "controlar
los precios" por parte de un agente externo causa, necesariamente, una
interferencia en las valoraciones y necesidades de las personas. Desde un punto
de vista ético, sabemos que está mal forzar al otro. Pero la economía, como
ciencia, solo nos dice que si hacemos esa violencia, los resultados serán
perjudiciales, ya que los precios expresaban lo que alguien, en algún lugar que
no conocemos, por alguna razón que no conocemos, necesitaba.
Fermín Garay
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