Sobre cómo se confunde causa con efecto en economía

 Sobre cómo se confunde causa con efecto en economía

Es probable que no haya una disciplina científica más desconocida por las mayorías, y al mismo tiempo más necesaria para la vida, que la economía. En la tradición austriaca decimos que epistemológicamente la economía es una ciencia deductiva, es decir, no se basa en la experimentación empírica. La raíz última de la epistemología económica es la Acción Humana, entendida esta como la descripción del actuar: cada individuo, al actuar, intenta pasar de una situación menos satisfactoria a una más satisfactoria. Desde esta premisa se deducen los principales postulados económicos.

Sin embargo, la forma más básica de pensamiento es aquella que se basa en la observación empírica, en los datos concretos que uno puede detectar con sus sentidos físicos. Este es el método que muchas personas usan cuando opinan de economía. Piensan, por ejemplo, en la inflación viendo cómo las personas ponen precios más altos en los negocios y lugares de ventas. Dicen: “Lo estoy mirando, estoy viendo cómo Juan pone un precio más alto en su negocio cuando vende manzanas”. Sin embargo, para comprender qué es la inflación se necesita un estudio bastante profundo de la economía, así como la comprensión de una determinada serie de razonamientos que tienen que ver con diferentes conocimientos económicos, como el entendimiento de la “ley de utilidad marginal decreciente”, la comprensión de la naturaleza de los precios, la relación entre utilidad y escasez, y otros.

Solo cuando se tienen estos conocimientos y razonamientos se puede comprender aquello que se mira. Solo entonces comprendemos los “datos empíricos”.

De la misma manera, muchas personas dicen: “Lo estoy viendo, el ajuste causa la pobreza, ya que es un hecho empírico. Hay ajuste y veo con mis ojos cómo hay más gente pobre en las calles”. Sin embargo, una mejor comprensión de la economía nos ayudará a entender que cuando se detiene un largo y profundo proceso de emisión monetaria, toda la actividad económica que generaba esa emisión también comienza a caer. Entonces ocurre eso llamado “recesión”, y se comprende que el “ajuste” no es la causa de la pobreza. Esa pobreza es una consecuencia de procesos anteriores como la emisión monetaria descontrolada, el déficit fiscal y el gasto público. Igual que un adicto sufre la abstinencia al dejar el consumo, no decimos que el sufrimiento que causa esta enfermedad es consecuencia de dejar el consumo, sino que sabemos que dejar el consumo es la recuperación de la enfermedad. Si nos basáramos en lo inmediatamente perceptible tal vez diríamos: “Esta persona sufre cuando deja de consumir, hay que darle más droga para que se sienta mejor”. Pero tal comprensión sería falsa.

Igual que un niño cree percibir que la luna lo persigue cuando se mueve, los datos empíricos por sí solos no alcanzan para salir de esta ilusión óptica. Se necesita una comprensión correcta de aquello que se ve.

Fermín Garay

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