Conservadores, liberales, libertarios: ¿qué diferencias importan?
Conservadores, liberales, libertarios: ¿qué diferencias importan? (*)
La pregunta que ayuda a
diferenciarlos es qué rol esperan que tenga el estado, qué rol asignan al
estado y si en todo caso no hay estado, cómo se organiza la convivencia social
En su famoso ensayo «Por qué no
soy conservador», Hayek defiende los principios liberales de la libertad
individual, la economía de libre mercado y la importancia de la ley y la
justicia, y critica el conservadurismo por su aversión a la innovación y su tendencia
al colectivismo. Hayek critica la aversión conservadora a la innovación y el
cambio, argumentando que los liberales deben estar abiertos a nuevas ideas y
soluciones. En todo caso la tradición debe ser vista como un punto de partida
para la innovación y el progreso. Para Hayek, la tradición no debe ser vista
como algo sagrado e inmutable, sino como un conjunto de prácticas y creencias
que han sido probadas y refinadas a lo largo del tiempo. Sin embargo, esto no
significa que la tradición deba ser preservada a toda costa y menos aún que
desde el estado deba preservarse. Hayek argumenta que los liberales deben estar
dispuestos a cuestionar y revisar la tradición cuando sea necesario, y a
incorporar nuevas ideas y perspectivas en la medida en que sean útiles y
relevantes.
Hayek defiende el individualismo
y la libertad individual, argumentando que estos son los principios
fundamentales de la filosofía liberal. Según Hayek, los individuos deben ser
libres de tomar sus propias decisiones y de perseguir sus propios objetivos,
siempre y cuando no dañen a los demás.
Hayek critica el nacionalismo y
el racismo, argumentando que estos son incompatibles con los principios
liberales de la libertad y la igualdad. Según Hayek, el nacionalismo y el
racismo pueden llevar a la discriminación y la opresión de ciertos grupos, y pueden
ser utilizados para justificar la violencia y la agresión contra otros países o
culturas. Y aquí hay un punto que no debe ser olvidado y que es clave en la
tradición liberal, Hayek defiende la idea de la ciudadanía mundial y la
cooperación internacional, argumentando que estos son esenciales para la paz y
la prosperidad en un mundo globalizado. Hayek sostiene que los liberales deben
estar comprometidos con la defensa de los derechos humanos y la promoción de la
tolerancia y la comprensión entre diferentes culturas y nacionalidades.
Por otro lado, Hayek destaca la
importancia de la ley y la justicia en una sociedad libre, argumentando que
estas son esenciales para la protección de los derechos individuales y la
promoción de la cooperación social. Según Hayek, la ley y la justicia deben
estar basadas en principios universales e impersonales, en lugar de en la
arbitrariedad y el capricho.
En contraste a la tradición
conservadora, Hayek critica la idea de que el Estado debe tener un papel activo
en la regulación de la moralidad, argumentando que esto puede llevar a la
opresión y la tiranía. Hayek sostiene que la moralidad debe ser una cuestión de
conciencia individual y de responsabilidad personal, en lugar de ser impuesta
por el Estado. Por lo tanto, el liberal desconfía del estado que quiere
entrometerse en su vida cotidiana y aboga por un estado de funciones limitadas
y un ejercicio del poder responsable y transparente.
Ahora bien, ¿qué distingue a
liberales de libertarios? Al igual que con el conservadurismo, el rol del
estado, es decir, la intervención estatal: los liberales están dispuestos a
aceptar una mayor intervención estatal en áreas como la educación, la salud y
la seguridad social, siempre y cuando se haga de manera eficiente y justa. Los
libertarios, por otro lado, se oponen a casi cualquier forma de intervención
estatal y creen que la sociedad debe resolver estos problemas de manera
privada. Los liberales ven al Estado como una entidad que debe proteger los
derechos individuales y promover la justicia en tanto igualdad ante la ley. Los
libertarios ven al Estado como una entidad que utiliza la coerción y la
violencia para obtener sus objetivos. Según esta perspectiva, el Estado es una
institución que se basa en la fuerza y la intimidación, en lugar de en la
cooperación y el consentimiento voluntario.
Sintéticamente, los liberales
están dispuestos a aceptar una mayor intervención estatal y regulación en áreas
específicas, siempre y cuando se haga de manera justa y eficiente. Los
libertarios, por otro lado, se oponen a casi cualquier forma de intervención
estatal y regulación, y creen que la sociedad debe resolver sus problemas de
manera privada. Desde la perspectiva libertaria, el Estado y los impuestos son
vistos como una amenaza a la libertad individual y la propiedad privada. Según
esta perspectiva, los impuestos son una forma de coerción, ya que los
ciudadanos son obligados a pagarlos bajo amenaza de violencia o prisión.
Entonces, estas tradiciones que
suelen ser catalogadas dentro de un paquete que llaman «la derecha», deben ser
cuidadosamente diferenciadas. El liberal no es conservador así como tampoco es
libertario. La pregunta que ayuda a diferenciarlos es qué rol esperan que tenga
el estado, qué rol asignan al estado y si en todo caso no hay estado, cómo se
organiza la convivencia social.
(*) Dr. Constanza Mazzina, directora
de la Licenciatura en Ciencias Políticas de UCEMA.
Publicado el 28/12/2024 en la
sección Opinión de La Razón de España.
https://www.larazon.es/opinion/conservadores-liberales-libertarios-que-diferencias-importan_20241228676f38854f1fb700018a05ce.html
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